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No es novedad que Juan Andrés Salfate ya no es el gordito simpático que hace años conocimos. Tras una intensa dieta que invlucraba dejar el pan  y muchas otros alimentos que son adictivos pero que aportan poco, el animador bajó más de 30 kilos.

Cuandoo Salfate habló de su dieta la llamó la "dieta de las dietas" y provocó un efecto contagioso que se expandió rápidamente por redes sociales, tanto que otros rostros como Felipe Vidal y Eduardo de la Iglesia también la hicieron y bajaron decenas de kilos. 

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En entrevista a Glamorama, Salfate indicó que su sistema "desintoxica el cuerpo", "es un reparador del cuerpo, estómago y esófago" y que  "no tiene efecto rebote".  

Comentó además que la doctora Tamara Domínguez fue quien le dio la dieta que consta de tres etapas. Hace un par de meses Juan Andrés terminó la primera, que es el momento más complicado, donde está la mayor parte de las restricciones. Ahora pasó a la segunda fase, donde se van incluyendo más alimentos y no es obligatorio regirse a un horario fijo y constante.

Esto es un ejemplo de lo que se debe comer en un día en la dieta de Salfate: 

08:00 Desayuno: Una taza de café con leche (sin grasa) endulzada con stevia. Además, dos láminas de jamón de pavo. 

10:00 Colación: Yogurt. 

12:00 Colación: Yogurt. 

14:00 Almuerzo: porción de pollo (cocido o asado) con verduras. 

16:00 Colación: Tres puñados de comida (carne). 

18:00 Colación: Dos láminas de jamón de pavo o alguna fruta. 

20:00 horas Cena: Similar al almuerzo. 

Alimentos prohibidos: Azúcar, harina, pan, productor en conserva, productos procesados, salmón, atún, productos dietéticos, masas, bebidas. 

Ahora último Salfate reveló a Glamorama las 5 reglas de la milagrosa dieta que le hizo bajar más de 30 kilos: 

"1. Se necesita un mínimo de fuerza de voluntad para dejar los azúcares, harinas y alcohol. En algunos de esos tres puntos, la gente es tremendamente fanática y le va a costar abandonarlo. Pero ojo: son sólo tres meses, que parece un montón, pero la dieta en sí misma no es un esfuerzo. Uno come rico, todos los días, en buenas cantidades y a cada rato. No es una dieta súper restrictiva. Esta dieta hace que constantemente estés bajando de peso sin efecto rebote.  

2. Hacerlo acompañado. Es bueno hacer la dieta con alguien, porque entre los dos se asisten, se preguntan cómo van, etc. Hacer estas cosas en solitario puede traerte algún tipo de crisis de querer abandonarla en algún momento. 

3. Aprender a administrar tu comida. Generalmente uno come no cuando tiene hambre, sino cuando tiene ganas de comer. Y con una gran cantidad de máquinas expendedoras de dulces y tantos antojos que te rodean, uno cae en las tentaciones. Entonces, esta administración del alimento es algo que uno lo puede aprender en la vida diaria para saber qué comprar, saber qué vas a comer y hacerte un menú semanal, que lo puedes variar.

4. Mezclar la dieta con deporte. Te devuelve el ánimo y, de alguna manera, te regenera cierta vitalidad. Duermes mejor, porque no tienes problemas de ronquido y que te sientas ahogado. Es momento de abrazar algún tipo de deporte. Para aquellos que han estado mucho rato como sedentarios, pueden hacer algo más suave, como pilates. Y algo más extremo puede ser ir al gimnasio o volver a pichanguear con los amigos, arrendando canchas o en cualquier lado. Es una invitación al deporte que sería bueno tomar. 

5. Replantearse la relación con la comida. Comenzar de una vez a comer sano y aprender a hacerlo. Como dicen ciertos doctores naturistas, uno se come su salud. Lo que tú comes es lo que te enferma, o lo que te mantiene sano. Entonces, opta por la salud”.

FUENTE: Glamorama