El jueves 30 de octubre, los miembros de la COREMA del Maule aprobaron el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Central Termoeléctrica Los Robles, que estará situada frente al Faro Carranza, entre Constitución y Chanco.
Resulta realmente inexplicable que esta aprobación se haya realizado, en circunstancias que la empresa AES Gener S.A. nunca respondió adecuadamente a las objeciones que la comunidad realizara a su proyecto, objeciones que no dicen relación con tecnicismos menores, sino con aspectos fundamentales del proyecto.
Por ejemplo, el proyecto Los Robles incluye un puerto para desembarcar el carbón que arribaría desde Australia, cuyo proceso de desembarque se debe ejecutar con grúas y correas transportadoras. Por ello, este tipo de centrales no pueden ubicarse en zonas de mucho viento, tanto por el polvo de carbón como también por las cenizas que se generan en el proceso de combustión. Cabe señalar que esta central requerirá desplazar 116 camiones de cenizas de 25 toneladas cada día, desde la caldera hasta el depósito de cenizas, según información dada por la misma empresa.
Aunque parezca increíble, los estudios presentados por la empresa señalan que en esa zona el viento no constituye problema. ¿Se habrán preguntado los ingenieros de AES Gener S.A. por qué existe un faro justamente en ese lugar? ¿Se habrán preguntado por qué justamente allí hay varios barcos encallados? ¿Se habrán preguntado por qué allí, en la misma estancia donde se planea emplazar la central (Estancia Flora) hay una torre eólica, que funciona a la perfección? ¿Se habrán preguntado por qué justamente frente al faro, destacados surfistas descubrieron hace poco la “Ola perfecta”, la mejor ola del territorio nacional para la práctica del surf? Si no se lo han preguntado, bastaría con hacerlo a cualquier persona que haya visitado esa zona y les dirían que ella se caracteriza por sus fuertes vientos. Muchos expertos coinciden en que un puerto en ese lugar no va a funcionar y la probabilidad de desastre es muy alta.
¿Cómo entonces se pretende que la ciudadanía crea que los estudios que ha presentado la empresa son correctos? Al parecer, los únicos que creen en ello son los miembros de la CONAMA y la COREMA. Lamentablemente la legislación actual no le da herramientas a la ciudadanía para exigir estudios técnicos independientes, que den garantía a todas las partes.
Lo sucedido con la proyección del puerto y el estudio de vientos, ha sido la tónica de todo este proceso; la mayoría de las objeciones que se hicieron al proyecto, no han sido respondidas satisfactoriamente por la empresa: el impacto en las loberías de Loanco, el impacto en el Humedal de Reloca (nombrado Santuario de la Naturaleza por el Consejo de Monumentos Nacionales en 2005, donde anidan aves con peligro de extinción), el impacto en la agricultura de exportación... suma y sigue.
En Chile, cuando alguien desoye lo que es del todo evidente decimos “se está haciendo el loco”. Definitivamente, en la aprobación de la Termoeléctrica Los Robles, mucha gente se está haciendo el loco… sin embargo, hoy la ciudadanía tiene más instrumentos para enfrentar estos trastornos; sin duda la Internet, con sistemas como Facebook [6], están transformándose en verdaderos antídotos ciudadanos para estas permanentes “crisis de locura temporal” de la cual adolecen muchos de nuestros funcionarios estatales.