Venir nuevamente en mayo de 2007 a plantear algo que hace rato todos los medianamente enterados del tema saben, me parece un poco ligero, especialmente cuando el aporte a la discusión es francamente nulo.
Responsabilizar al sistema binominal por lo patético que está resultando este gobierno de la Concertación, es desconocer la realidad. Que el ministro de Hacienda se reúna con empresarios que le siguen el juego, que la Presidenta sea "institintiva" y que exista el desorden que hay, ya no solo en las bases, sino que a nivel cupular, no creo se deba a eso, sino que a la falta de un proyecto que convoque. Eso no tiene nada que ver con la música dejada puesta hace más de 17 años.
Quizás, el comentarista señor Schmal podría entregarnos datos de la polarización francesa y la irrupción de Bayrou, que es un fenómeno bastante más interesante, al igual que el propio Sarkozy.
Por último, creo que el comentarista, por razones de mera lógica, no puede comparar las elecciones presidenciales con las parlamentarias y locales, cuando el sistema no permite en la práctica, la separación de los actuales grupos de partidos.
Venir nuevamente en mayo de
Venir nuevamente en mayo de 2007 a plantear algo que hace rato todos los medianamente enterados del tema saben, me parece un poco ligero, especialmente cuando el aporte a la discusión es francamente nulo.
Responsabilizar al sistema binominal por lo patético que está resultando este gobierno de la Concertación, es desconocer la realidad. Que el ministro de Hacienda se reúna con empresarios que le siguen el juego, que la Presidenta sea "institintiva" y que exista el desorden que hay, ya no solo en las bases, sino que a nivel cupular, no creo se deba a eso, sino que a la falta de un proyecto que convoque. Eso no tiene nada que ver con la música dejada puesta hace más de 17 años.
Quizás, el comentarista señor Schmal podría entregarnos datos de la polarización francesa y la irrupción de Bayrou, que es un fenómeno bastante más interesante, al igual que el propio Sarkozy.
Por último, creo que el comentarista, por razones de mera lógica, no puede comparar las elecciones presidenciales con las parlamentarias y locales, cuando el sistema no permite en la práctica, la separación de los actuales grupos de partidos.