El choque entre ambas selecciones europeas de ayer fue esperado. Es que por un lado estaba Luis Figo quien lideraba a Portugal para lograr la hazaña de ubicar a los lusitanos en la final de la Copa del Mundo y por otro Zinedine Zidane, quien se quería retirar del fútbol en gloria y majestad.
Los dirigidos de Luis Felipe Scolari entraron a la cancha con un solo objetivo: conseguir su paso a la final e intentar que Zidane y compañía no se acercaran al pórtico defendido por Ricardo con intención de convertir.
Tengo que ser sincero y decir que el planteamiento táctico de los lusitanos fue correcto, pero lamentablemente pesó la historia. Es que los franceses no querían desaprovechar la oportunidad de convertirse en la cenicienta el mundial, esto porque comenzaron como una selección que si bien en el papel era favorita, no lo demostraba en la cancha.
Además hay que sumar el hecho no menor que Zidane, el líder y caudillo del equipo francés, quería despedirse del fútbol profesional jugando una final del mundial, lo que impulsó a sus compañeros de equipo a dar lo mejor que tenían en la cancha.
En síntesis el partido fue parejo hasta que Francia convirtió el primer gol. De ahí en más Portugal buscó todas las maneras posibles de derrotar al experimentado Fabien Barthez, quien respondió cada vez que los lusitanos amenazaron su pórtico.
La única cifra del partido fue a los 33 minutos de juego cuando Zidane ejecutó con precisión el tiro desde el punto del penal luego de que el portugués Ricardo Carvalho detuviera con infracción al delantero Thierry Henry, cuando estaba a punto de abrir el marcador.
La final, se jugará el próximo domingo 9 de julio en Berlín, donde Francia enfrentará a Italia. Los galos buscarán así el segundo título de su historia luego de haberlo conseguido por primera vez como locales en 1998, mientras que los azzurris intentarán superar la mala racha de los últimos mundiales.
Portugal y Alemania se medirán por el tercer lugar el sábado 8 de junio en Fráncfort.
Foto: Página Oficial del Mundial Alemania 2006